Sanar no es lineal
El proceso terapéutico es un camino que lleva tiempo, en el cual tendremos altibajos compuestos de progresos y avances, de varias sensaciones satisfactorias, así como de pensamientos y emociones que nos harán sentir mejor; pero también debemos entender que al ser una trayectoria no lineal, durante el proceso existirán días en lo que nos sentimos inmóviles, estancados, o incluso podemos llegar a pensar que hemos retrocedido, nos observamos teniendo comportamientos que queríamos eliminar o sentimos que estamos peor que cuando iniciamos. Ante todo esto, es natural que surjan dudas sobre la terapia, sobre su eficiencia o sobre si es o no lo que necesitamos, siendo completamente normal que nos replanteemos la situación constantemente.
Ante estas reflexiones muchos pacientes se desesperan, y acuden pidiendo soluciones rápidas y si es posible que no demanden mucho esfuerzo de su parte, pero toda persona que esté dudando entre iniciar un proceso terapéutico o no, deberá recordar lo que hemos mencionado, que este camino no es en línea recta y que requiere de compromiso individual, de tiempo, esfuerzo y constancia; y que será al final, cuando el profesional considere oportuno, cuando podrá darse cuenta de todo lo recorrido, del aprendizaje y las satisfacciones.
Es importante destacar que cada persona realiza su propio proceso, siendo un trabajo de desarrollo individualizado, que necesita de un proceso mental y emocional activo ante el cual no existe un protocolo o una guía estandarizada que se pueda aplicar a todos por igual en un tiempo establecido. Poder presenciar este camino único y muy personal es maravilloso, poder acompañarles a sanar mediante las herramientas terapéuticas necesarias para prevenir y afrontar diversas situaciones es gratificante, recordarles que está bien sentir cada emoción y eso no les hace débiles, poder ser parte de este proceso en la vida de cada uno de mis pacientes hoy me hace sentir más agradecida que nunca.